jueves, 8 de octubre de 2009

¿Quién es el jefe?


La obediencia debida demostrada por Milgram en un experimento realizado en los laboratorios de la Universidad de Yale en 1961, nos dice que una persona no se considera responsable de sus actos si está cumpliendo órdenes de una autoridad o ente jerárquico superior.

Encontramos este tipo de sumisión en casi todos los aspectos de la vida, ya sea en el trabajo, en la escuela, en la casa, hasta en los grandes hechos de la historia de la humanidad. Hallamos ejemplos de esto a nivel mundial en el régimen nazi, cuando millones de judíos fueron torturados y asesinados. Finalizada la segunda guerra, los soldados nazis que llevaron acabo las torturas fueron interrogados y justificaron sus acciones haciendo uso de la “Obediencia debida”. Éstos aseguraron que mataron a todas sus víctimas porque así se lo habían ordenado.

El derecho penal dice que la obediencia debida “es una situación que exime de responsabilidad penal por delitos cometidos en el cumplimiento de una orden impartida por un superior jerárquico; el subordinado, autor material de los hechos, se beneficia de esta eximente, dejando subsistente la sanción penal de su superior”.
En Argentina, podemos encontrar un claro ejemplo en los crímenes cometidos por la dictadura militar liderada por Jorge Rafael Videla, donde los represores también justificaron con la “obediencia debida”.

Con la llegada de Alfonsín al poder se dictó la Ley de obediencia debida Nº 23.521, que estableció una presunción de iure (que no admite prueba en contrario) que los hechos cometidos por los miembros de las fuerzas armadas, durante la Guerra sucia y el Proceso de reorganización Nacional, no eran punibles por haber actuado en virtud de dicha obediencia. Algunos de los beneficiados por esta ley fueron el ex capitán de fragata Alberto Astíz y el general Antonio Bussi, contra los cuales existían numerosas pruebas de delito de lesa humanidad. Esta ley fue derogada en agosto del 2003.

Uno de los casos más recientes y significativos, fue el hecho ocurrido el 26 de junio del 2002, en la estación ferroviaria de la localidad de Avellaneda; en el que distintas organizaciones de desocupados del país pedían un aumento general de salario, una suba en el monto de los subsidios y ayuda alimentaria. Fuerzas policiales, prefectura y gendarmería reprimieron con balas de goma y plomo a los manifestantes, provocando la muerte de dos de ellos: Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.




El rol de los medios en la Masacre de Avellaneda


Pese a saber que la movilización no sería corriente, los medios –salvo Página/12-, no enviaron periodistas gráficos al puente Pueyrredón. Virginia Messi, periodista de Clarín, admite en “La crisis causó dos nuevas muertes”, que ella y sus compañeros fueron enviados al lugar de los hechos, cuando todo había terminado. “A mi me mandan a hacer la nota, yo voy, la hago y ya está. Ahora, qué pasa con Clarín, cómo titulan y eso, yo no tengo nada que ver”. Este testimonio, deja en claro la sumisión de los periodistas en el manejo de la información.

Página/12 titula “La masacre anunciada”, y uno de sus periodistas, Miguel Bonasso, anuncia que un juez de la nación habría anticipado el hecho diciendo que se preparaba “una violenta represión contra los piqueteros en el Puente Pueyrredón”. “Ojo –dijo el magistrado –, van a meter bala”. Entonces, si todos tenían conocimiento del hecho ¿Nadie alertó de lo que pasaría?. Es clara una estrategia política, y en consecuencia, la obediencia de la policía, que cumplía órdenes de altos funcionarios.

En primera instancia, los acusados eran los manifestantes, llamados por los medios: “piqueteros”. “De inmediato, la policía intentó desalojar a los revoltosos con gases lacrimógenos. En la huida, los manifestantes destrozaron vidrieras de comercios en Avellaneda e incendiaron decenas de coches estacionados en la zona”, menciona La Nación en una nota publicada el día posterior a los hechos.

Algunos de los títulos de los diarios publicados el 27 de junio de 2002, dejan a entrever una clara postura en oposición al accionar de los llamados piqueteros:


• “Con Duhalde también” (página/12)

• “Dos muertos al enfrentarse piqueteros con la policía” (la nación)

• “Aseguran que los piqueteros fueron para atacar a las fuerzas de seguridad” (infobae)

• “La crisis causó dos nuevas muertes” (Clarín)


Como conclusión podemos remarcar, que la obediencia de vida y debida conviven con cada uno de nosotros. Marcó nuestra historia y lo seguirá haciendo.




Bibliografía:

http://lavaca.org/seccion/actualidad/1/1414.shtml
http://www.clarin.com/diario/2002/06/27/p-00215.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Obediencia_Debida
http://es.wikipedia.org/wiki/Obediencia_debida#Referencias
http://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Milgram#Interpretaciones
http://manuespada.blogspot.com/2006/11/la-obediencia-debida.html
http://www.larepublica.com.uy/politica/223861-los-represores-procesados-apelan-a-la-obediencia-debida-y-complican-al-goyo
http://www.lanacion.com.ar/archivo/index-dia.asp?fecha=27/06/2002
http://es.wikipedia.org/wiki/Especial:Search?search=julio+blanc
http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/fot/2006/06/18/p1676?printme=1&skin=print
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-6854-2002-06-27.html
http://es.wordpress.com/tag/julio-blank/
http://www.utpba.net/article141183.html
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=408810
http://www.infobae.chttp://laputaquelopario.wordpress.com/2008/04/23/los-medios-en-la-masacre-de-avellaneda/om/notas/nota.php?Idx=7165&IdxSeccion=0
http://www.colectivonph.com.ar/autonomia/200306_archivos/image005.jpg

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